El programa “Menú Show” pasó de ser el programa con mayor presupuesto de la Televisión Pública Pampeana, donde recorrían todos los pueblos y probaban las delicias de su oferta gastronómica, a un simple programa de estudio, con dos invitados que compiten en cada jornada y una gran variedad de auspiciantes que lo sostienen. En medio de este desafío, el equipo técnico tiene que lidiar con un conductor con aires de estrella, un presupuesto acotado y sus propios problemas personales. El día a día es documentado por una cámara que no disimula su presencia y funciona muchas veces de confesionario. “Menú Show” se graba en la UHTGRA, el sindicato de Hoteleros y Gastronómicos gracias a un convenio que consiguió la productora Amanda, razón por la cúal solo se encuentra el equipo técnico específico (mínimo y fundamental) del programa. Roxy la asistodo, Ignacio director de cámara, Nacho sonidista y Estela la camarógrafa son parte del staff estable de Menú Show y, obvio, la estrella del postre: Federico de Alvear y Rivadavia, el conductor más polémico pero también más amado de la TVPP.
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Un chef de 54 años con tendencia a interrumpir y subestimar. Habiendo pasado su época dorada, su lado afectuoso y paciente ha quedado bloqueado tras un muro de verborragia, apuro y humor cruel. Inteligente, despiadado y elegante, siempre tiene la última palabra.
La cabeza del equipo, una treintañera hábil y cómoda que conoce a sus compañeros más que a ella misma. Su capacidad de anticiparse a todo le permite vivir en un estado de serenidad elocuente y eficaz, con el que moldea el mundo a su favor y voluntad. Aunque ama su trabajo y su equipo con el corazón, se ha ganado firmes estigmas de indiferente e inhumana. x
Una joven trabajadora de la TV de veintimuchos al borde de un ataque de nervios. Con montones de manías, inhibiciones y miedos, se sobrepone insistentemente a sus propios límites… porque no tiene opción. Su obstinación, si bien camuflada bajo un torrente de quejas y lamentos, mantiene Menú Show en pie.
Un eterno estudiante de cine de 33 años, canchero, galán y con una persistente torpeza, es capaz de poner todo patas para arriba en cuestión de segundos. Su aparente vida perfecta, con su pareja, trabajo, militancia y pasión futbolera, pende en realidad de un hilo. Transparente, simpático y por momentos soberbio, él es su propio enemigo.
Un joven de 25 años callado, observador y con una mayor inclinación a la brujería que a la técnica en sonido. Su aura misteriosa y discreta en realidad esconde un interior tierno, simple y anhelante. Fresco, ubicado y original, ejerce la magia de modo desordenado e impredecible, aunque por momentos cree hacerlo cuando en realidad no lo hace.
Una operaria de más de 60 años que ha decidido jubilarse en actitud. Timbera, fumadora y eterna soltera, se toma todo con una tranquilidad desafiante, y se ocupa de nunca ser el centro de atención. Prima de Federico y su compinche, comparten el humor irónico y el amor por tomar cerveza en plena jornada laboral.